Los porteños tienen una larga y estrecha relación de amor con el café y el té.
La ciudad de Buenos Aires está salpicada de infinidad de locales que inundan calles y avenidas con sus mesitas al aire libre. En Argentina, el momento del café es una tradición casi
sagrada de encuentro con los demás, o con uno mismo.
Cualquier hora es buena para adentrarse en una cafetería y disfrutar de
una buena conversación, la lectura del diario, de un buen libro o,
simplemente, observar este ritual que se repite a lo largo del día.
Personalmente creo que, cuanto más popular el entorno, más interesante
es la experiencia. No obstante, la capital Argentina es cuna de un buen número de cafés notables que antaño fueron punto de encuentro de grandes
personalidades y escenario de actividades culturales significativas.
Hoy, te hago un recorrido por esos cafés notables que no me canso de recorrer y disfrutar, una y otra vez, cada vez que visito Buenos Aires. ¿Me acompañas? ¡Vamos a conocerlas!
Fundado en 1858 y consierado un monumento en sí
mismo, penetrar en este templo del café y la literatura es retroceder
más de cien años. No se hace difícil imaginarse a celebridades como
Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Julio Cortázar o Carlos
Gardel sumidos en sus pensamientos o tribulando con sus amigos.
Además
de un cafecito o té, en el Café Tortoni se
puede disfrutar de una comida o cena con espectáculo y show de tango.
Personamente creo que la comida no es su plato fuerte pero, no obstante,
merece la pena esperar la larga cola para entrar (especialmente de
turistas) y conocer este emblemático local. Dirección: Av. de Mayo 825.
Hablar de los Angelitos
es hacer mención a la esquina de tango y a uno de los cafés notables de
Buenos Aires más emblemáticos. Ubicado en el barrio de Balvanera, es un lugar
tradicional de encuentro de destacadas
figuras nacionales de la cultura, la política y el deporte. Era el lugar en el que Carlos Gardel estableció su "barra" a partir de 1912, cuando comenzó su carrera artística. Dirección: Av. Rivadavia 2100
La Giralda
Conocido por su chocolate servido muy espeso con churros, es también un bar con mucha historia. En 1930, el español Francisco Garrido
instaló en plena calle Corrientes una lechería. Hoy en día, La Giralda, que conserva su mobiliario original, albergó a muchos participantes de la contracultura porteña de los años '60. Dirección: Av. Corrientes 1453.
Las Violetas
Uno de los cafés más tradicionales de Buenos Aires, sus coordenadas respiran tango. Exuda sofisticación europea y la cola
para sentarse es considerable, así que hay que ir sin prisas y con paciencia. No obstante, la espera merece la pena. Dirección: Av. Rivadavia 3899.
La Biela:
La Biela:
Bar temático orientado al automovilismo
que abrió sus puertas en 1850. Se llama así desde 1942, cuando los
dueños del lugar comenzaron a notar que su clientela estaba
conformada principalmente por fanáticos del automovilismo. En los
años '60 la concurrencia cambió, y se llenó de jóvenes artistas explorando el novedoso arte pop. Cuando hace buen tiempo, es un placer poder disfrutar de un buen té en su terraza exterior, que cuenta con privilegiadas y excelentes vistas al Cementerio de la Recoleta y la bonita Iglesia del Pilar. Dirección: Av. Quintana 596.
El Gato Negro
Uno de mis favoritos. Pequeñito pero matón. Abrir la puerta de El Gato Negro es un regalo
para los sentidos, tanto visual como olfativamente. Las estanterías de
madera del siglo XIX atesoran cientos de frascos de cristal con todo tipo
de especias que inundan el salón de un aroma único. Además de ser el
mejor local de Buenos Aires para disfrutar de un delisioso y artesanal té en hebras, es el lugar
adecuado donde conseguir especias exóticas. Fundado en 1928 por un español, hoy también es punto de encuentro para los fanáticos de la literatura. Dirección: Av. Corrientes 1669.
Bar Británico
Es un tesoro porteño en el barrio de San Telmo. El Bar Británico era un reducto para artistas bohemios y estrafalarios
que usaban sus mesas como punto de reunión, de debate y de diversión.
Su ambientación y mobiliario resistió al paso del tiempo y se mantiene
intacto, como una muestra del Buenos Aires de ayer. Dirección: Defensa 1492.
Hoy te he mostrado alguno de los cafés notables que más me gustan de Buenos Aires, pero la capital porteña tiene muchos más lugares con encanto donde tomarse un descanso, respirar hondo y disfruatr del devenir ajetreado de los porteños. Prácticamente hay un local de té y café en cada esquina. Y es que a los argentinos la crisis económicas les pueden quitar muchas cosas, excepto las ganas y la necesidad de departit con los suyos o bucear horas en las páginas de un buen libro acompañado de un rico cafecito con medialunas.
Si visitas Buenos AIres, no dudes dedicar tiempo a disfrutar de estos pequeños placeres. Además, adentrase en un café notable es hacer un viaje en el tiempo que nos enseña mucho sobre la identidad única y fascinante de esta ciudad. Visitar uno cada día debería ser un ritual de todas las mujeres que viajan a la capital porteña.
Si visitas Buenos AIres, no dudes dedicar tiempo a disfrutar de estos pequeños placeres. Además, adentrase en un café notable es hacer un viaje en el tiempo que nos enseña mucho sobre la identidad única y fascinante de esta ciudad. Visitar uno cada día debería ser un ritual de todas las mujeres que viajan a la capital porteña.
Si quieres saber todos los cafés notables que hay en Buenos Aires, puedes visitar la web de turismo de la ciudad. https://turismo.buenosaires.gob.ar/es/article/bares-notables
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