Buenos Aires es una ciudad que me tiene enamorada desde la primera vez que la vi. Cada año que la visito, intento recorrer los lugares que más me atrapan, pero también me gusta descubrir y explorar.
El Palacio Piccaluga es uno de esos lugares, fuera de las guias turísticas, que me propongo conocer en esta ocasión. Inaugurado a comienzos del 1900, fue
el resultado de la obra del calificado arquitecto Ítalo-Suizo Domingo
Donati (1866-1925), quien después de estudiar en la Academia de Brera
(Milán, Italia) llegó a Argentina. Aquí fue reconocido rápidamente
por su enorme capacidad y vivió durante cuarenta años, en los cuales
proyectó numerosos edificios de excelente calidad en Buenos Aires y Mar
del Plata.
Ubicado
sobre la calle Marcelo T. de Alvear 1560, en el emblemático barrio de
Recoleta, el Palacio Piccaluga es un edificio exclusivo correspondiente a
la tipología residencial ¨Petit Hotel¨, de gran adhesión a principios
del Siglo XX, y se trata de una versión minimizada del ¨Grand Hotel¨,
tipología muy difundida en la aristocracia francesa.
Este tradicional palacio de Buenos Aires tiene sus puertas abiertas a locales y turistas. Los amantes de la historia, la
arquitectura y lo señorial pueden descubrirlo y conocer cómo
eran las mansiones de la antigua Buenos Aires.
¿Cómo y cuando visitar el Palacio Piccaluga?
- Para conocerlo, se puede recorrer los sábados en visitas guiadas diurnas, que comienzan a las 17:00; y nocturnas, que arrancan a las 20:00.
- Quienes opten por las nocturnas podrán disfrutar además de un show musical instrumental en vivo en el salón principal, como así también una degustación de exquisitos quesos y vinos de la bodega Antucura.
En la calle Marcelo T. De Alvear, que en mis años mozos se llamaba Charcas, se encontraban zapaterías que vendían a precios más convenientes que las de la Avenida Santa Fé, de modo que habré pasado muchas veces por el 1560 sin percatarme de que era un tesoro arquitectónico. Lo tendré en cuenta la próxima vez que vaya de visita. Además de los Piccaluga, en Buenos Aires tenemos a los Pittaluga con t.
ResponderEliminarOlvidé de agregar que me complace que te guste tanto Buenos Aires, que cuando la vuelves à ver "no habrá más penas ni olviiiiido".
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